Hay diferentes aspectos a considerar antes de comenzar a afeitarse con navaja de barbero o navaja de afeitar; y es que debes haber elegido la más indicada según tu tipo de piel y vello; esto es esencial pues garantizará mejores resultados; otro punto importante es el tamaño, si nunca has usado una es mejor iniciar por la más pequeña.
Ahora bien, si ya todos estos puntos están cubiertos, tienes la más indicada para ti; entonces es hora de poner en práctica los siguientes pasos que te ayudaran en ser todo un experto con la navaja de afeitarse.
Como debes usar la navaja de afeitar en tu rostro
Para muchos esta explicación resultará absurda o creerán que no es necesaria, ¿Quién no sabe cómo usar una navaja?, la verdad es que este utensilio no es tan fácil de manipular como crees.
Lo principal es sujetar con firmeza la espiga de la navaja; para ello solo empleas el pulgar y otros tres dedos, no hagas lo que la mayoría hacen y es tomar la navaja por el mango; la verdad es que no es para ello sino para resguardo. Tus dedos estarán en la parte donde la hoja y el mango se unen; aunque con el tiempo es según tu comodidad.
Lleva la hoja con unos treinta grados entre esta y tu piel de tal forma que la parte con filo quede mirando hacia abajo en dirección a tu piel y con el mango muy cerca a tu nariz. Recuerda que la otra mano debe estirar la piel de esta forma queda más plana y la hoja se desliza más fácilmente.
Es muy importante que la navaja de afeitarse sea implementada en dirección igual a la del crecimiento del vello facial, con movimientos cortos, fluidos y controlados; luego de este movimiento debes enjuagar la hojilla y repetir justo donde quedaste.
Consideraciones para los principiantes
Como en cualquier otra actividad es probable que te equivoques las primeras veces así que ten mucho cuidado pues recuerda que la hoja de la navaja de afeitarse se encuentra en tu rostro, y si, es probable también que tengas algunas pequeñas cortadas que solo eliminaras con la experiencia.
Debes recordar enjuagar bien la navaja y secarla; utiliza un paño suave para esto o papel higiénico, recuerda que es metal y puede oxidarse. Debes resguardarla en un lugar libre de humedad.
Y para tu piel recuerda lavarte con abundante agua fría, de esta forma humectarás tu piel y cerraras cualquier poro abierto.