La Escuela de Música con Corazón en Madrid propone, en su proyecto educativo, un camino de aprendizaje musical muy diferente desde el inicio de la vida, porque desde que nacemos estamos aprendiendo y precisamente es en los primeros meses y años de vida cuando lo que aprendemos más nos impacta e influye para el resto de nuestra vida. El bebé que crece rodeado de música verá toda su personalidad y todas sus habilidades mentales y emocionales influidas por este aprendizaje. Porque la música es un lenguaje y debe aprenderse como tal. No se requiere ninguna madurez motriz, ni emocional, ni mental especial para comenzar a absorber música y a interactuar con ella. Música rica, en diferentes modos y métricas musicales, contrastes sonoros y tímbricos será el hábitat donde puede crecer el amor a la música que brota cuando la asimilamos desde la cuna en un ambiente de conexión emocional.
La clase de música va creciendo con los pequeños músicos, cuyas habilidades básicas serán desarrollar su voz de cantar, moverse con musicalidad, escuchar, sentir, imitar, discriminar, comparar, realizar, ajustar, improvisar, en definitiva ir captando la lógica interna de un lenguaje de energía y expresión que se encuentra y afecta a la totalidad de su ser. El niño que aprende música va madurando como persona y como músico al mismo tiempo.
A la edad apropiada aparece el instrumento musical, cuyo aprendizaje se integra en la clase de música y siempre rodeados de compañeros para tocar juntos, improvisar. El niño toca en el instrumento lo que escucha en su interior, canciones que comprende tonalmente porque oye sus sílabas tonales en su cabeza, o lo que inventa, explorando o imaginando.
Cuando el niño ya tiene una base muy sólida tocando, improvisando, cantando, su coordinación corporal es óptima y maneja las sílabas tonales y rítmicas con soltura, aproximadamente hacia los 9 o 10 años, es el momento de comenzar a leer y escribir música.