El avance/retroceso del sillín, esta medida hace referencia a la posición del sillín en cuanto a su posición más cerca o más lejos del manillar.
La posición idónea se estima en función de la posición de la rodilla respecto al eje del pedal cuando éste está en la posición más avanzada, es decir, lo que sería las tres en punto si consideramos los platos como un reloj.
Tradicionalmente, se ha utilizado el método de la plomada para determinar esta posición. Este método consiste en colocar una plomada por encima de la rodilla con el pedal colocado a las tres en punto, con el objetivo de comprobar que la plomada coincide con el borde anterior del eje del pedal.
Estudios dinámicos tridimensionales han demostrado que esta medi. ción no tiene por qué ser precisa, ya que al pedalear, el ciclista puede co- locarse más adelantado o más retrasado sobre el sillín, y en función de la angulación del tobillo (hay ciclistas que pedalean con el pie más bien plano y otros que lo llevan más hacia abajo) puede modificar el punto de referencia.
En las bicis de ruta, si el eje de la rodilla está justo encima del eje pedal cuando el pedal está a las 3 en punto, se conseguirá la mayor eficiencia. Como norma general, la punta del sillín debe estar entre 5 y 8 centímetros por detrás del eje del pedalier. Consigue todo tipo de accesorios para el ciclista aquí
La inclinación del sillín. Por definición, el sillín debe ir colocado en posición horizontal, ni inclinado hacia delante ni hacia atrás. Para verificar que está bien colocado, se puede usar un nivel. La anchura del sillín Un criterio que se debería tener en cuenta a la hora de elegir el sillín debe ser la anchura del mismo, ya que la gran mayoría de las molestias que existen en relación con esta pieza se deben a que el sillín es demasiado ancho o demasiado estrecho.
Que un sillín sea más o menos cómodo está más relacionado con la forma del mismo que con lo blando o duro que sea. Un sillín más blando no tiene por qué ser más cómodo. Lo importante es que sea del tamaño de los huesos de la cadera.
Al montarnos en el sillín, nos apoyamos sobre los isquiones, que son los huesos de la cadera. Estos huesos pueden estar más juntos o más separados entre sí, Si nos sentamos en un sillín demasiado estrecho, como no estaremos apoyando del todo los isquiones, tendremos molestias y dolores en las partes blandas centrales, que estarán soportando más peso del que debieran.
Por el contrario, si es un sillín demasiado ancho, podremos tener molestias en la entrepierna debido a un roce excesivo. Es importante señalar que, después de un largo periodo sin entrenar, lo normal es tener molestias en el trasero en los primeros días de entrenamiento. No es un problema de comodidad del sillín, sino de acostumbrar a esa parte del cuerpo a estar sentada durante unas horas. Por lo tanto, al iniciarse al ciclismo, todos los sillines nos resultará relativamente incómodos en los primeros días.
